Alfonso Del Olmo. Con la tecnología de Blogger.

martes, 27 de marzo de 2018

Gran Premio de Australia 2018.




Se acabaron los 3 meses de invierno sin fórmula 1 y como habitualmente me acostaba la noche del sábado con miedo a perderme algo por el cambio de hora que ya ha coincidido varias veces con la fecha del arranque del mundial de fórmula 1. Y como siempre, a las 5 de la madrugada estaba ya levantado viendo la previa en la vuelta de Antonio Lobato como narrador de carreras, y es que la fórmula 1 suena de otra manera con él. Empezaba por fin el quinto año de la era híbrida, con Hamilton en pole con el Mercedes, el mejor coche y motor de dicha era. Volvía la emoción, las batallas, las grandes batallas... Se apagaban por primera vez este año los varios semáforos puestos por la dificultad de visión al añadir el componente de 7 kilos encima del casco, el halo. 

Tras una salida limpia y sin incidentes, una gran salida de Raikkonen, que estuvo apunto de adelantar a Hamilton en la primera vuelta, los Haas sorprendiendo a todo el mundo por su buena posición de salida, Magnussen se coló entre los Ferrari y Verstappen. A este joven piloto holandés ya le dediqué una entrada por ser el niño mimado de la fórmula 1 y sobrevalorado, comparándolo con Ayrton Senna. Mas tarde dio delirios de grandeza, de campeón. Un piloto agresivo, sin miedo, pero muy nervioso. Y a pesar de que ganó todos mis respetos, sigo creyendo que su compañero Ricciardo es mejor piloto, tal vez menos espectacular, mejor bastante mejor conduciendo y gestionando las carreras. Verstappen tenía delante a Magnussen (Haas) le frenaba y le alejaba de sus objetivos y de los Ferrari y le podía romper la estrategia. Ante esta situación se puso nervioso, y tras tres o cuatro vueltas dando latigazos al coche, perdió el control del coche y perdió muchas posiciones al trompear y suerte tuvo de no irse al muro como Bottas el sábado.

Una carrera marcada por el extraño fallo de Haas en la parada de sus dos coches que les costó una carrera en la que iban muy bien. En el abandono del segundo coche, la aparición del safety car fue decisivo para el desenlace final de la carrera. De este safety car quería comentar rápidamente la lenta decisión de sacar el coche de seguridad, tras tres vueltas de coche de seguridad virtual (perdiendo el tiempo) porque el coche se quedó en una zona muy delicada en la que tenía que entrar la grúa. Son estas cosas las que hay que ver en términos de seguridad.


La salida del coche de seguridad benefició a Vettel en la parada que salió delante de un Hamilton que no se creía lo que estaba viendo, un Ferrari delante de él, cuando tenía controlada totalmente la carrera. Hamilton había parado vueltas antes para defenderse de Raikkonen (su perseguidor), eliminando a Vettel como rival serio, ya que estaba bastante lejos. Quisiera comentar también la importancia del ingeniero del muro de Ferrari, Iñaki Rueda, español, que dio la decisión de hacer la estrategia que le dio finalmente la victoria a Ferrari, por segundo año consecutivo en Australia.

Por último y cómo no podía hablar de los pilotos españoles y la actuación de Honda. Por primera vez en tres años he tenido la sensación de que Alonso corre con un fórmula 1 de verdad, con un motor que no es el mejor pero funciona bien, y corre, mas o menos, pero corre. Se me hacía ya raro ver que aguantaba a Verstappen detrás, que él no le pasaba por encima, que no había una infinita diferencia de potencia. Y si que es verdad que el Red Bull es más rápido que el McLaren, y que Alonso quedó quinto, pero fuera de posición, que en realidad están más atrás, pero aguantó a Verstappen 25 vueltas... tenemos un motor que funciona!! por fin. Ya era hora. Mientras tanto los Toro Rosso, tras hacer una pretemporada, que eso ya es una sorpresa para ellos, uno reventó y el otro corriendo como un F2 o un F3, muy muy lento. Por eso digo que con Renault tenemos un fórmula 1 de verdad, porque los Honda siguen estando una o varias categorías por debajo de la fórmula 1, además de la mala fiabilidad y todos los problemas. Helmut Marko dijo que iban a dar la sorpresa, y la verdad es que es muy difícil empezar peor.


Carlos Sainz dijo que tuvo un problema físico y que no se encontraba bien, que tenía náuseas, que no se encontraba bien, y es una lástima porque rodando por delante de Fernando hizo se salió en una curva y perdió esa posición, además de que hizo la parada antes del coche de seguridad, y perdió alguna posición, pero finalmente consiguió terminar décimo cerrando la zona de puntos.

Los Sauber siguen siguen siendo los más lentos, aunque no tanto como los Toro Rosso. Williams y Force India estuvieron desaparecidos toda la carrera, a pesar de llevar el motor Mercedes. Para los criticones ignorantes de Alonso que se creen que ganar en fórmula 1es fácil, los Williams son el tercer mejor equipo de la historia, llevan el motor Mercedes que es el mejor, y en este gran premio uno abandonó y el otro quedó muy lejos de los puntos. Bottas remontó un poco, haciendo puntos también, y Ricciardo sin hacer ruido quedó cuarto detrás de Raikkonen.


McLaren va a mejorar y ojalá estén pronto a la altura de Red Bull, o ese es el principal objetivo y lo que ellos esperan hacer. En dos semanas el gran premio de Baréin en el circuito de Sakhir, el que espero con gran emoción.


Kimi, Iñaki Rueda y Sebastian Vettel. Victoriosos de Ferrari.




sábado, 17 de marzo de 2018

Fórmula 1. Halo.

A falta de apenas 7 días del comienzo del mundial de Fórmula 1 de este año 2018, tenía ganas de escribir sobre el halo, el elemento de seguridad más polémico de todos los tiempos, el mayor cambio visual en los coches de los últimos años. Una cosa horrorosa de la que estamos en contra todos los aficionados, la mayoría de los pilotos y la mayoría de los equipos. Toto Wolf, director del equipo campeón los últimos 3 años, Mercedes, dijo que lo arrancaría con una motosierra. Y ese que estamos todos a favor de la seguridad del piloto, todos queremos ver carreras seguras donde los pilotos no se hagan daño, pero el halo no garantiza la plena seguridad del piloto...

El halo, fue implantado por la FIA a pesar del descontento, como ya he dicho, de pilotos, equipos y espectadores. Así, a la fuerza, por que sí. Un elemento de seguridad que no habría evitado el accidente de Felipe Massa con el muelle que le impactó en la cabeza, en el 2009, porque el halo es abierto. No habría evitado la muerte de Jules Bianchi, porque una grúa hace ceniza al halo. La pérdida del ojo, y posteriormente la vida de María de Villota, tampoco la habría salvado. Estos dos últimos son casos puntuales en el que el accidente grave se produce por un fallo humano. Una grúa en pésimas condiciones dentro de la pista mientras los coches están corriendo, y además la incapacidad del helicóptero médico de volar... lo de María lo mismo, un camión con la barra colocada a la altura de los ojos de los pilotos en la pista... Son fallos humanos y no de la propia máquina que es el fórmula 1.

Valteri Bottas Cámara de casco. Test 2018
Hemos visto accidentes muy fuertes los últimos años. Alonso en Australia del 2016, por ejemplo, y salió andando como si nada. El halo, en este caso concreto, habría dificultado la salida del piloto del coche, tendría que haber esperado boca abajo a que se pare la carrera, que entre la grúa, que le den la vuelta y que le ayuden a salir...

En los últimos test los equipos han puesto imágenes con la cámara en los cascos de los pilotos simulando los ojos de estos. Para que veamos lo que ven ellos. Yo he visto varías y no veo ni curvas, ni coches, solo veo el halo. En varias imágenes de los F1 se ve la cabeza del piloto girada, para evitar tener que ver el pilar central del halo. Yo no podría conducir un coche si me pones algo enfrente, en medio, que no solo me tape algo sino que es algo que mis ojos no pueden dejar de mirar, simplemente. Y ya lo veremos, pero curvas con subida como la primera del circuito de Austin de Las Américas, o la mítica Eau Rouge, no se ven nada con el halo puesto, pero nada es nada, solo se ve el triángulo del halo.
Simulación Halo en Eau Rouge

El halo sería un buen elemento en situaciones como que una rueda cayera desde arriba, o como dice mi padre, una lluvia de meteoritos. Fenómenos que pasan todos los días que han hecho la necesidad de implantar esta aberración. Las ruedas no saltan del coche porque pusieron un elemento de seguridad que hace que aunque se parta la suspensión no se separe la rueda del coche, para evitar que salga despedida y cause daños mayores. Una situación que se da en muchísimas carreras, un elemento de seguridad muy bueno. Pero esta cosa del halo deja tantas dudas, y es tan horroroso y tan feo, tan inútil... porque los F1 actuales ya son muy seguros de por sí. Ya dijo Daniil Kyviat que si alguien tiene miedo que no se meta en la F1, porque riesgo siempre va haber.

Ayrton Senna siempre dijo que le daba miedo morir en un accidente... lo dijo muchas veces, pero que nunca iba a dejar de correr porque era su vida, su pasión, su sueño... En la F1 de los 80,90, que no eran tan seguros como ahora. Se dejó la vida en un coche de F1... y el halo, por supuesto, no le hubiera salvado. Me gustaría lo que él opinaría sobre esta cosa.

Luego miras a las motos... sin cockpit, sin halos... sin nada que les proteja... son motos... y nunca pierden la esencia de lo que son las motos. Y tienen muchos elementos de seguridad, muy buenos también. Pero es que me imagino a una moto con halo, o con una cabina... y es que no puedo.

Podemos acostumbrarnos a verlos desde fuera con el halo, pero lo de las cámaras onboards creo que es imposible acostumbrarse a tal horrorosidad. Las cámaras subjetivas que eran unas de las mejores cosas que tenía este deporte por su espectacularidad, imágenes muy bonitas a bordo del coche, se lo han cargado por completo, además de todo el demás daño que está haciendo. Y no se como saldrá esto, pero a mi no me gusta que se hagan las cosas de esa manera. Lo próximo será coches sin pilotos, o carreras virtuales de la play, así nadie tiene accidentes ni nadie se hace daño, y por supuesto, nadie vería eso.

Por cierto. Dos cosas. En todos los demás deportes hay muchas más lesiones que en este. En el fútbol hay más muertes que en los coches. El tenis últimamente se carga a todo el mundo (de lesiones), y el baloncesto ya me diréis vosotros. No hay necesidad de poner el halo, hay necesidad de hacer neumáticos de lluvia que funcionen cuando llueve, hay necesidad de saber cuando se puede correr y cuando no, hay necesidad de vigilar mejor las grúas y las demás cosas que nunca deben de estar en la pista cuando están corriendo los coches. No hay necesidad de halo.


domingo, 11 de marzo de 2018

Conquista el cielo.

¿Te acuerdas de cuando mirabas asombrado al cielo, cuando eras muy pequeño? Cuando tenías miedo de que se cayera, una gran lámina de cristal azul, y planeabas dónde esconderte cuando eso pasara... darte cuenta de que no tenía sentido planear eso, porque si se cayera el cielo no te puedes esconder en ningún lugar ya que cielo hay en todos sitios. Cuando te impresionaba sus cambios de color, durante el día... los atardeceres, amaneceres... el movimiento del Sol alrededor de la Tierra, la salida de la Luna de noche, las estrellas...

¿Te acuerdas cuando no podías parar de preguntar sobre aquellos puntos del cielo? Sabías que eran las estrellas, pero quién te explicaba qué son las estrellas. Por qué brillan, por qué parpadean... azules, verdes, rojas, amarillas... la primera vez que descubriste aquello pensabas que no podía ser, que las estrellas no son azules, verdes, rojas y amarillas, todo al mismo tiempo. Y cómo explicarle a un niño de 4 años que las estrellas que hoy vemos pueden haber desaparecido hace millones de años. Cómo le entra a un niño que la luz viaja por el espacio como una persona en su coche por las carreteras... ¿pero te acuerdas que tú lo entendías? Te acuerdas que querías ir allí, a verlo, a descubrir qué hay más allá de este planeta, a tocar el cielo...

¿Te acuerdas cuando soñabas con los viajes a la Luna? Tenías un miedo descomunal antes de que el cohete despegara, pero ¿te acuerdas lo ilusionado que estabas? No había ninguno más contento que tú, y es que lo ibas a hacer. Estabas a punto de despegar hacia la Luna cuando te diste cuenta de que te dejaste la merienda, el bocadillo de chorizo que había hecho tu madre para la excursión. Te acuerdas el vuelco que te dio el corazón cuando te diste cuenta de aquello... eso también era miedo, que tampoco te quitaba la ilusión.

¿Te acuerdas cuando te asombrabas tanto cuando te hablaban sobre supernovas? La vida de las estrellas, su muerte y sus fases. Que a pesar de que no lo llegabas a entender muy bien tenía que ser algo muy grande, que son cosas muy grandes, que el universo es algo tan grande... tan misterioso y tan hermoso.

Te acuerdas de que te daba miedo la oscuridad, y que el espacio, el universo era oscuridad. Que el miedo que tenías en los sueños era por el peligro que conllevaba un viaje así, eras consciente de todo aquello, un poco al menos. Pero tus ojos seguían brillando cuando se posaban en ellas, las estrellas. en Ella, La Luna... la gran Luna.

Te acuerdas aquel fenómeno tan extraño y tan maravilloso, el eclipse solar, cuando la Luna se puso en medio del Sol y tenías que ponerte la mascarilla de soldar de tu padre para verlo. Cuando te prohibían mirar al Sol, porque te quemabas la vista, y lo hacías un poco, para verlo, y aunque te arrepentías porque te dejaba medio ciego, al rato volvías a mirarlo... a observar la grandeza de aquella estrella, nuestra estrella... sentir, nuevamente, miedo pensando en que algún día se convertirá en supernova, que algún día nuestro Sol se apague... pensar que eso pasará dentro de millones de años y que eso es tan sólo un suspiro en términos del universo.

Te acuerdas el póster que tenías de los planetas de nuestro sistema solar, y te los sabías todos. Y leías lo que ponía de cada planeta, nunca entendías que Júpiter es gaseoso, y de qué estaba hecho el anillo de Saturno, y que pensabas como molaría tener nosotros un anillo. Y que a pesar de lo molón que es el anillo el que mas te gustaba era el gigante Júpiter. Te acuerdas pensar lo estúpido que sonaba el nombre de vía láctea. Que te decían que el camino de Santiago se hacía siguiendo este camino de estrellas, aunque pensabas que si ibas por el otro lado tendrías que dar la vuelta al planeta. De pensar qué serán los agujeros negros y lo guay que tenía que ser entrar en uno de ellos, a pesar del miedo que tenías de eso.

Te acuerdas cuando seguías con la mirada a los aviones del cielo, de día y de noche, y lo sigues haciendo, y a esas "estrellas" tan particulares que no eran fugaces pero se movían. "Son Satélites". Y pensabas, "nosotros hemos puesto eso ahí...". Admirar la ciencia, querer buscar la respuesta a lo que se explicar, y a lo que no... sin dejar nunca de soñar y de ver más allá...

Te acuerdas de que nunca dejaste de mirar hacia arriba, que siempre te asombraba la Luna, las estrellas el cielo... que la gente preguntaba. qué miras?... el cielo, las estrellas, los aviones... y que siempre las has admirado, como los antiguos creían que eran Dioses, cosas vivas superiores a nosotros.

Te acuerdas cuando mirabas la sombra de noche provocada por la luz de la Luna, y te asombraba ver tanta luz en la oscuridad. Preguntarte por qué brilla la Luna si no es una estrella y los astros que no son estrellas no brillan. Te acuerdas cuando esperabas el momento de la noche en el que ella salía de entre las montañas, una gran Luna llena grande y hermosa, que te iluminaba con su luz.

Te acuerdas de cuando te caías y rápidamente te levantabas para volver a correr, a jugar, y que te dolía más no poder seguir corriendo y jugando, que el propio golpe. Y acuérdate de que no eres diferente, eres aquel mismo niño.

Te acuerdas que te dijeron que no valías, que te olvidaras de eso, que son cosas para gente inteligente de ciencia, valiente y fuerte. Eran unos pocos privilegiados, y tú no eras uno de ellos. Te acuerdas de que te olvidaste, hasta que un día volvió a brillar el fuego que nunca se apagó. Te acuerdas cuando tuviste que decidir irte a Barcelona para estudiar, tan lejos... también tenías miedo, pero lo afrontabas como los viajes espaciales a la Luna de tus sueños, con toda la ilusión que te podía caber y más. Estás realizando tu sueño, es esto, lo estás tocando con las manos. Esfuerzo, trabajo y constancia, y serás uno de ellos... estás alcanzándolo y pronto conseguirás conquistarlo, es tuyo, te lo mereces... Agárralo, cógelo, no lo sueltes. Eres consciente de que el camino está lleno de obstáculos, pero has superado el miedo, y estás en él... lo demás ya llegará... Nunca olvides que eres el mismo, que miras igual al cielo, que formulas las mismas preguntas, que siempre tendrás esa curiosidad, ese qué de mirar al mundo desde un sitio tan especial como el espacio, que siempre lo llevarás dentro de ti, de tu corazón, de tu alma... Así que hazlo, eres uno de ellos.


"El destino no está marcado al nacer".



Alfon 

sábado, 3 de marzo de 2018

El Gran Golpe.

A pesar de que había hecho ese viaje muchas veces con el coche y siempre acababa perdido en el mismo lugar. Al final paraba a ver con el teléfono móvil la ruta para seguir. Por aquellas carreteras ya no pasaban muchos coches, y se me hacía más fácil conducir, e iba más tranquilo. Finalmente llegué a aquel pueblo que siempre me dio escalofríos... tan raro y tan especial, tan diferente en todo...

Cuando llegué al piso, pequeño, limpio y confortable, estaban todos esperándome. El siniestro castillo de la colina parecía asomarse a observar por una de las ventanas que daban al exterior de aquellas cuatro grandes paredes... Ellos se alegraron mucho de verme, me recibieron como alguien importante y así me hicieron sentir. Yo me alegré también de verlos a ellos, sobre todo a mi hermano, que es a quien venía a visitar. Ellos tenían algo pensado para mí, un plan, una misión... algo más que una cómoda estancia en aquel "tranquilo" pueblo alejado de las grandes ciudades. Quizá ese fue el motivo para tal recibimiento. Yo aún no lo sabía y mi intención era la de disfrutar de los días libres que tenía descansar de mi oficio y de la gran ciudad, del ruido y de las grandes concentraciones de personas, estar tranquilo y relajarme.

Ya se habían ido, para volver al día siguiente, cuando la oscuridad empezó a invadir al pueblo para la llegada de la ruidosa lluvia que golpeaba con fuerza el tejado de las viejas casas del pueblo. Aquel tenebroso castillo daba aún más respeto entre la oscuridad natural de las nubes y sus lluvias, pero aún así no podía dejar de mirarlo. Parecía como si me hablara, y tenía una belleza singular y extraña que nunca llegaría a comprender. Era parte de aquel pueblo tan suyo.

Al día siguiente volvió el grupo, como se había acordado, para hacer una reunión secreta y aclarar los aspectos a preparar para el gran golpe, aquel gran golpe del que yo no sabía nada. Empezaron a hablar de cosas que no entendía, a pesar de que me dijeran que prestara atención. Mi misión era la de chófer, tenía que llevar a unos cuantos de ellos, y que la policía local del pueblo no nos pillara, sobre todo proteger unas barritas que transportábamos y de las que ignoraba su importancia y utilidad, pero que bajo ningún concepto podría ver nadie y menos un agente del orden y la ley. Yo debía pasar desapercibido, era alguien de fuera, una persona normal... no deberían sospechar de que formaba parte de una rebelión para sustituir del poder a los gobernantes que dominaban el pueblo desde hacía varios años.

Tras el primer viaje con el coche dejé al grupo en un descampado, y tenía que volver a por mi hermano y a por más barritas. Éstas eran muy finas y pequeñas, poco más grandes del tamaño de un bolígrafo y eran varías... quizá 10, no las conté. Iban en el maletero y mi hermano en el asiento del copiloto, cuando vemos que un policía nos para. Me pidió lo que se suele pedir, documentación y esas cosas además preguntarme de dónde era, qué hacía allí y donde trabajaba. Somos compañeros de profesión. Me llegué a poner incluso nervioso, "tranquilo, que no pasa nada", pensaba... "Todo correcto" nos dijo, y seguimos el trayecto.

Cuando nos reunimos otra vez con el grupo empezaron a sacar las barritas. Yo miraba para otro lado, intentaba estar ajeno a sus planes, a lo que estaban haciendo, ignorando cualquier cosa que no sea lo que yo tenga que hacer. No quería saber nada de las barritas, ni de su funcionamiento ni lo que estaban haciendo con ellas en ese momento. Miraba los alrededores, las vistas, las montañas... la carretera por donde había venido, y el castillo tenebroso que vigilaba al pueblo.

De repente se escucharon las sirenas de policía y un coche entrando por el descampado. Hubo un cambio de planes, ahora lo que tocaba era desaparecer rápidamente dispersándose. Yo me quedé con las barritas las cuales escondí rápidamente en el coche, en un sitio secreto del coche, difícil de encontrar y salí corriendo. Era el último, los demás ya habían desaparecido, y los policías me empezaron a perseguir a mi. Me metí por las calles más antiguas del pueblo, estrechas y con muchas cuestas. Llegué a una calle, el límite, donde un barranco separaba al pueblo del inmenso bosque que se encontraba muchos metros por debajo de la calle . Las vistas una vez perdidos a los policías eran preciosas; el mar de bosque que se perdía en el horizonte, el río que lo atravesaba y el majestuoso castillo, en un lado.

Fui al piso pequeño, limpio y confortable, la base secreta de los rebeldes. Estaba todo el grupo, no habían pillado a ninguno, pero estaban tristes y desconsolados, con la cabeza baja... el plan había fracasado. No sabían aún que había escondido las barritas que habían preparado en el descampado para su funcionalidad en gran golpe. Con ellas podían poner fin, de alguna manera, a la mafia que gobernaba con sus propias leyes en aquel lugar y a la corrupción de entidades públicas como la policía local. En ese momento supe la importancia de la humilde labor que yo había completado.

Los policías corruptos fueron sustituidos por otros. Los mafiosos fueron echados, no volverían jamás, y el poder del pueblo pasó a formar parte del grupo rebelde que deseaban lo mejor para la comunidad donde habían crecido. A pesar de que yo no era el líder de la rebelión, y tampoco había hecho gran cosa, el pueblo pidió que fuera yo el alcalde que los dirigiría por una época de paz y prosperidad. Rechacé el puesto, ya que sólo debía ser para mi hermano, quién lo preparó todo. Además, mis días libres se estaban acabando y estaba llegando la hora de marchar. Mi ciudad me necesitaba. Volvería de vez en cuando, ya sin perderme por la carretera. El piso que había sido la base secreta rebelde me lo quedé yo. Lo decoré a mi manera, y me sentía en casa en aquel lugar. El castillo que antes parecía hablar entre la oscuridad, ahora parecía sonreír al Sol.