Alfonso Del Olmo. Con la tecnología de Blogger.

domingo, 11 de marzo de 2018

Conquista el cielo.

¿Te acuerdas de cuando mirabas asombrado al cielo, cuando eras muy pequeño? Cuando tenías miedo de que se cayera, una gran lámina de cristal azul, y planeabas dónde esconderte cuando eso pasara... darte cuenta de que no tenía sentido planear eso, porque si se cayera el cielo no te puedes esconder en ningún lugar ya que cielo hay en todos sitios. Cuando te impresionaba sus cambios de color, durante el día... los atardeceres, amaneceres... el movimiento del Sol alrededor de la Tierra, la salida de la Luna de noche, las estrellas...

¿Te acuerdas cuando no podías parar de preguntar sobre aquellos puntos del cielo? Sabías que eran las estrellas, pero quién te explicaba qué son las estrellas. Por qué brillan, por qué parpadean... azules, verdes, rojas, amarillas... la primera vez que descubriste aquello pensabas que no podía ser, que las estrellas no son azules, verdes, rojas y amarillas, todo al mismo tiempo. Y cómo explicarle a un niño de 4 años que las estrellas que hoy vemos pueden haber desaparecido hace millones de años. Cómo le entra a un niño que la luz viaja por el espacio como una persona en su coche por las carreteras... ¿pero te acuerdas que tú lo entendías? Te acuerdas que querías ir allí, a verlo, a descubrir qué hay más allá de este planeta, a tocar el cielo...

¿Te acuerdas cuando soñabas con los viajes a la Luna? Tenías un miedo descomunal antes de que el cohete despegara, pero ¿te acuerdas lo ilusionado que estabas? No había ninguno más contento que tú, y es que lo ibas a hacer. Estabas a punto de despegar hacia la Luna cuando te diste cuenta de que te dejaste la merienda, el bocadillo de chorizo que había hecho tu madre para la excursión. Te acuerdas el vuelco que te dio el corazón cuando te diste cuenta de aquello... eso también era miedo, que tampoco te quitaba la ilusión.

¿Te acuerdas cuando te asombrabas tanto cuando te hablaban sobre supernovas? La vida de las estrellas, su muerte y sus fases. Que a pesar de que no lo llegabas a entender muy bien tenía que ser algo muy grande, que son cosas muy grandes, que el universo es algo tan grande... tan misterioso y tan hermoso.

Te acuerdas de que te daba miedo la oscuridad, y que el espacio, el universo era oscuridad. Que el miedo que tenías en los sueños era por el peligro que conllevaba un viaje así, eras consciente de todo aquello, un poco al menos. Pero tus ojos seguían brillando cuando se posaban en ellas, las estrellas. en Ella, La Luna... la gran Luna.

Te acuerdas aquel fenómeno tan extraño y tan maravilloso, el eclipse solar, cuando la Luna se puso en medio del Sol y tenías que ponerte la mascarilla de soldar de tu padre para verlo. Cuando te prohibían mirar al Sol, porque te quemabas la vista, y lo hacías un poco, para verlo, y aunque te arrepentías porque te dejaba medio ciego, al rato volvías a mirarlo... a observar la grandeza de aquella estrella, nuestra estrella... sentir, nuevamente, miedo pensando en que algún día se convertirá en supernova, que algún día nuestro Sol se apague... pensar que eso pasará dentro de millones de años y que eso es tan sólo un suspiro en términos del universo.

Te acuerdas el póster que tenías de los planetas de nuestro sistema solar, y te los sabías todos. Y leías lo que ponía de cada planeta, nunca entendías que Júpiter es gaseoso, y de qué estaba hecho el anillo de Saturno, y que pensabas como molaría tener nosotros un anillo. Y que a pesar de lo molón que es el anillo el que mas te gustaba era el gigante Júpiter. Te acuerdas pensar lo estúpido que sonaba el nombre de vía láctea. Que te decían que el camino de Santiago se hacía siguiendo este camino de estrellas, aunque pensabas que si ibas por el otro lado tendrías que dar la vuelta al planeta. De pensar qué serán los agujeros negros y lo guay que tenía que ser entrar en uno de ellos, a pesar del miedo que tenías de eso.

Te acuerdas cuando seguías con la mirada a los aviones del cielo, de día y de noche, y lo sigues haciendo, y a esas "estrellas" tan particulares que no eran fugaces pero se movían. "Son Satélites". Y pensabas, "nosotros hemos puesto eso ahí...". Admirar la ciencia, querer buscar la respuesta a lo que se explicar, y a lo que no... sin dejar nunca de soñar y de ver más allá...

Te acuerdas de que nunca dejaste de mirar hacia arriba, que siempre te asombraba la Luna, las estrellas el cielo... que la gente preguntaba. qué miras?... el cielo, las estrellas, los aviones... y que siempre las has admirado, como los antiguos creían que eran Dioses, cosas vivas superiores a nosotros.

Te acuerdas cuando mirabas la sombra de noche provocada por la luz de la Luna, y te asombraba ver tanta luz en la oscuridad. Preguntarte por qué brilla la Luna si no es una estrella y los astros que no son estrellas no brillan. Te acuerdas cuando esperabas el momento de la noche en el que ella salía de entre las montañas, una gran Luna llena grande y hermosa, que te iluminaba con su luz.

Te acuerdas de cuando te caías y rápidamente te levantabas para volver a correr, a jugar, y que te dolía más no poder seguir corriendo y jugando, que el propio golpe. Y acuérdate de que no eres diferente, eres aquel mismo niño.

Te acuerdas que te dijeron que no valías, que te olvidaras de eso, que son cosas para gente inteligente de ciencia, valiente y fuerte. Eran unos pocos privilegiados, y tú no eras uno de ellos. Te acuerdas de que te olvidaste, hasta que un día volvió a brillar el fuego que nunca se apagó. Te acuerdas cuando tuviste que decidir irte a Barcelona para estudiar, tan lejos... también tenías miedo, pero lo afrontabas como los viajes espaciales a la Luna de tus sueños, con toda la ilusión que te podía caber y más. Estás realizando tu sueño, es esto, lo estás tocando con las manos. Esfuerzo, trabajo y constancia, y serás uno de ellos... estás alcanzándolo y pronto conseguirás conquistarlo, es tuyo, te lo mereces... Agárralo, cógelo, no lo sueltes. Eres consciente de que el camino está lleno de obstáculos, pero has superado el miedo, y estás en él... lo demás ya llegará... Nunca olvides que eres el mismo, que miras igual al cielo, que formulas las mismas preguntas, que siempre tendrás esa curiosidad, ese qué de mirar al mundo desde un sitio tan especial como el espacio, que siempre lo llevarás dentro de ti, de tu corazón, de tu alma... Así que hazlo, eres uno de ellos.


"El destino no está marcado al nacer".



Alfon 

0 comentarios:

Publicar un comentario